“A la hora de firmar como profesional tenía una batalla porque yo estaba practicando con Epifanio Guerrero (Eppy) y mi papá se oponía a que firmara con ese equipo, alegando que botaban a muchos peloteros. “
Cuando Neifi Pérez contaba con apenas 18 años de edad y era un inquieto mozalbete que venía de destacar en las categorías infantiles, varios equipos pertenecientes al béisbol de Grandes Ligas se disputaban la oportunidad de firmarlo como profesional.
El excitante prospecto defensor del campo corto atraía con suma facilidad a los busca talentos, sin embargo debido a que el ‘mandamás’ era su padre, naturalmente quien quisiera firmarlo debía primero hablar y convencer a su progenitor.
Neifi, hermano del cantante merenguero Rubby Pérez, fue formado en un hogar netamente de religión católica y, como suele suceder, en su casa preferían que todo se hiciera correctamente, y más cuando en esa decisión estaba en juego el futuro de uno de sus miembros.
“A la hora de firmar como profesional tenía una batalla porque yo estaba practicando con Epifanio Guerrero (Eppy) y mi papá se oponía a que firmara con ese equipo, alegando que botaban a muchos peloteros”, relata el exjugador.
“No me gusta Toronto, no me gusta ese equipo, decía mi papá con frecuencia y ustedes saben que cuando a esos viejos de uno se les metía algo en la cabeza, lo mejor era no llevarle la contraria”, agrega.
Recuerda Pérez que “entonces Epifanio Guerrero salió del país y cuando regresó el también scout Julián González (Guananico) ya se había presentado con mi papá”.
“También recuerdo que practiqué con los Marlins y hubo un problemita con Edmundo Borromé, por lo cual no me firmaron”, reveló. “Entonces, cuando tomó el trabajo Jesús Alou, éste esperó dos horas a Papi, quien estaba predicando en la iglesia, para decirle que ya Borromé no estaba con los Marlins y que él me quería firmar”.
Así de interesados estaban los scouts de entonces por el otrora excitante jugador de béisbol, defensor del infielder, quien ganó dos guantes de oro en MLB, destacando siempre por su hermética, impecable y espectacular defensa.
“Mi papá le dijo que no a Jesús Alou cuando éste se le acercó, alegando que ahí (en los Marlins) aún quedaban los tentáculos de Borromé y así fue como Julián González tuvo el chance de verme practicando, y fueron los Rockies de Colorado, quienes me firmaron finalmente”, relató Pérez.
Colorado, su casa
Los Rockies de Colorado firmaron a Pérez como amateur en 1992 a la edad de 18 años y lo asignaron al equipo A (Portland Rockies) para la temporada 1993. El ex estelar torpedero agradece inmensamente a los Rockies por haberle firmado y darle la oportunidad de aprender y acumular la mayoría de la experiencia que obtuvo en el béisbol de los Estados Unidos.
“En Colorado fue donde me inicié, adquirí toda mi experiencia. Mi historia y mis anécdotas comenzaron allí”, expresa Neifi.
Y agrega: “En Colorado fue donde yo nací, donde me crié, allí comenzó todo mi peregrinar desde las ligas menores, muchísimas cosas interesantes me sucedieron allá”.
Narra Neifi Pérez que “lo principal fue que cuando yo estaba en ligas menores (Triple A) estaba bateando .388 por mitad de temporada y entonces me le incomodé a la gente de Colorado porque no terminaban de subirme a Grandes Ligas”.
“Recuerdo que en ese momento les dije: “Aquí nadie me está sacando de out y Walt Weiss está bateando .220. ¿Qué es lo que está pasando? Soy mejor defensivo que él, entonces no entiendo”.
“Pero Dios sabe bien cuando le manda el tiempo a una persona”, asegura Pérez. “Entonces, el manager Don Baylor bajó al dogout a hablar conmigo y me dijo: “Mira Neifi yo no te puedo tener allá arriba en Grandes Ligas para jugar aveces, o sea jugarte un día y otro no”.
“Tú tienes que jugar todos los días”, agregó el jefe. “Dame una semana”, agregó Baylor. “Dicho y hecho, me subieron a los tres días y de ahí en adelante tuve la oportunidad de poder demostrar mi talento y habilidades al más alto nivel”, señala Neifi.
No es tan fácil sacarla en Colorado
Siempre se ha dicho que en Colorado se conecta mayor cantidad de jonrones porque es mucho más fácil sacar la pelota, debido a que la bola corre mucho más en el parque de los Rockies. Pero Neifi Pérez tiene su opinión al respecto.
Bueno, para nadie es un secreto que el aire es más liviano en Colorado, pero donde quiera que tú juegues tienes que hacer buen contacto, o sea darle duro y fuerte para sacar la bola del parque”, Opina. “Por ejemplo Andrés Galarraga, Larry Walker y Vinicio Castilla, los tres de Colorado, la sacaban donde quiera que jugaban”.
“Si fuera tan fácil sacarla en Denver, Colorado, porqué yo nunca me topé con 20 jonrones en ese estadio. Yo tenía fuerza bateando a la derecha y nunca pude llegar a esa cifra. O sea, donde quiera que tú juegues tienes que hacer buen contacto para poder sacar la pelota del estadio. El que da jonrón lo va a dar donde quiera”.
Frustración en Kansas
Neifi Pérez define su estadía en el equipo de Kansas City como “un poco frustrante como jugador porque fue mi primer cambio, después que venía de Colorado, ciudad y equipo que consideraba mi casa”.
“En Kansas, donde coincidí con Tony Peña cuando éste era el mánager, tuve dificultades para adaptarme, no me encontraba, fue algo muy frustrante”, agrega el ex parador en corto, nativo de Baní.
Defendió a Febles
“Recuerdo que hubo algo que consideré injusto con mi compañero Carlos Febles, que también estaba en el quipo. Febles se fue de 4-4 en un juego faltando una semana para que se terminara la Triple A y me comentó que lo habían bajado de Grandes Ligas”, narra Neifi. “Consideré que estaba mal eso. Fui a hablar con el manager Tony Peña, le pregunté qué pasaba con Febles y él me respondió que lo habían bajado para que trabajara en mejorar algunas cosas, con lo que no estuve de acuerdo al considerar yo que Febles, un jugador con cinco años en las Mayores, no tenía nada en qué trabajar en triple A.”
“Peña quiso justificarse diciéndome que “esas son decisiones nuestras” y no estuve de acuerdo. Le dije algunas cosas a Peña en ese momento que consideré eran verdad, pero no pasó nada más ahí”, dice Pérez.
En cuanto a lo positivo que sacó de su estadía en el equipo de Kansas City, dice que conoció muchos muchachos talentosos, como Carlos Beltrán, entre otros. “Éramos un grupo de muchachos locos por llegar a una Serie Mundial, aunque no se pudo, pero lo mejor de Kansas City fue ese grupo de hombres que conocí”.
A los playoffs con SF
Con los Gigantes, asegura Neifi que su experiencia fue bastante buena, ya que “fue el primer equipo en el que yo pude jugar en unos playoffs”. Jugó junto a Barry Bonds, con quien conserva una gran amistad. Recuerda que una vez le preguntó al también quisqueyano Pedro Féliz: ¿Porqué Barry tiene un sillón para él y yo tengo una silla? “Tú verás que hoy me le voy yo a sentar en ese sillón. Imagínate yo con dos días en San Francisco”.
“Pero esa noche Barry Bonds se ponchó dos veces, no dio hit y yo inteligentemente decidí controlarme y no coger su asiento ese día. Dije, no, tengo que coger su sillón cuando él esté más contento, más suave”.
“Al día siguiente dio dos jonrones y entonces yo dije, es el momento. Hoy me le siento yo ahí”, dice sonriente. “Y cuando él se entró a bañar, porque él tenía su propia TV, yo recliné su asiento, prendí la tele y me puse a ver ESPN”.
“Imaginen la tensión en ese clubhouse, nadie se metió a bañar esperando a ver cuál sería la reacción de míster Bond. Cuando él sale que ve a todo el mundo observándolo, mira para su sillón, me ve sentado en él y me dice: “Tú estás loco, tú tienes dos días en este equipo y mira ya dónde estás sentado”.
Agregó que increíblemente “lo tomó a chercha, y siempre nos llevábamos bastante bien hasta el día de hoy sigue siendo excelente nuestra relación”.
Resalta cualidades de Sammy Sosa
En los Cubs de Chicago Neifi coincide con el gran toletero de San Pedro de Macorís Sammy Sosa, y asegura ser un ferviente admirador y ser agradecido de Sosa, por el trato especial que le dio en ese entonces.
“Por eso es que muchas veces tengo discusiones con algunas personas que hablan mal de Sammy Sosa. El me trató a mí como si fuera yo su hermano más pequeño, asegura”. “El respeto que yo tengo por Sammy es increíble”.
Relata que Sosa, “cuando el juego era en la noche se aparecía con una comida para mí, porque al ser cambiado a Chicago yo había enviado mi familia para Santo Domingo, porque no sabía cómo iban a ser las cosas en esa ciudad”.
“Él fue una súper Estrella, nadie le podía tocar sus bates, sólo yo. A él le daban unos bates bien gruesos abajo y él los refinaba en el mango. Casi nadie sabe que era yo quien se los refinaba, resalta Neifi Pérez”.
Detroit, equipo más compacto con que jugó
“En Detroit fuimos a los playoffs y nosotros éramos tan unidos, que pese a los Yankees habernos ganado el primer juego en Nueva York en el séptimo inning en 2006, nuestro mánager Jim Leyland hizo una reunión después del juego y dijo: “No es posible que este equipo no salga con ellos (NY). “Si yo no le gano a ese equipo me retiro este año”.
“Y recuerdo que Leyland le dijo uno de sus pichers: “Joel Sumaya te quiero listo desde el sexto inning. Y Sumaya, un hombre que tiraba la recta entre 103 y 104 millas le respondió: “Yo estoy listo para abrirle mañana”.
Neifi recuerda que en ese equipo de los Tigres de Detroit estaba también el excelente jugador del cuadro y fino bateador, Plácido Polanco.
“Leyland era un manager que te daba la oportunidad merecida”, asegura Neifi Pérez. “Era de los manager que, por ejemplo, tú como torpedero, él te decía ¿Cómo tu lo quieres hacer? O sea, él no te imponía las cosas. Te preguntaba que cómo tú querías jugar defensa ante un determinado jugador”.
“Ahora, claro, si las cosas no salían bien entonces él te sugería la manera como él entendía debías jugarle defensa a dicho jugador”, explica el también ex astro y capitán de los Leones del Escogido en el béisbol otoño-invernal dominicano.
El capitán rojo
En el béisbol otoño-invernal dominicano, Neifi Pérez debutó Con los Leones del Escogido en la temporada 1995-96, jugando por espacio de diez años, fue capitán y uno de los principales peloteros de los escarlatas durante su estada, la cual coincidió con otros grandes, como David Ortiz, Rafael Furcal y José Guillén, entre otros.
“El año que debuté con el Escogido yo estaba un poco incómodo porque venía de batear .363 en triple A, quedando en quinto lugar del Basseball América entre los prospectos más cotizados del béisbol de Estados Unidos, y aquí no se me daba la oportunidad”, revela el ex jugador.
“Pero el Escogido tenía esa oportunidad, ya que tenía primero ese año a Alex Rodríguez y luego a José Vizcaíno”, sigue relatando Neifi. “Entonces me llamaron un día y yo les respondí que no iba para allá “porque no voy a pasar mala noche”.
“Me respondieron: “Tú vas a ser el primer bate en Santiago”. Les respondí: ¿Segguro? Entonces si voy.” Ahí fue cuando comenzó la historia mía con el Escogido. Mi primer turno, jonrón al primer picheo. Y de ahí en adelante todo fue color de rosas para mí con los Leones”.
Revela que como capitán de los rojos tuvo sus dificultades, “porque aveces cuando la gente cree que uno es el líder de un equipo, no saben que uno tiene decisiones que las toman los gerentes y managers”.
Muchas veces la gente dice sí Neifi fue buen jugador pero no ganó, pero se olvidan que no era Neifi solo. Ahí estaban David, Furcal, Cheo Guillén, pero toda la culpa de que no ganáramos en esos años siempre recae más sobre mí, porque yo era el capitán”, enfatiza Pérez.
Enfocado en lo suyo
Pérez resalta que “nunca tuve problemas o dificultades con los fanáticos porque en el terreno siempre estaba como los caballos con las ‘anteojeras puestas’, enfocado en lo mío. Si las cosas no salían bien, me iba tranquilo para el dogout sin hacer caso a las cosas que suelen vociferar ciertos aficionados en esos momentos”. “No importa que yo diera un doble, un hit o un jonrón, me metía en el dogout sin poner mucha a tención”. “Para tú hacer algo bien nunca puedes estar en dos cosas a la vez”.
“Fui un pelotero muy responsable en el béisbol, bastante puntual, respetuoso y cumplidor con el horario de llegada. “Si jugábamos a las 4:00 de la tarde, yo salía a las 2:000 p.m. de mi casa”, expresa Neifi.
Incidente con Aquino
Recuerda Neifi Pérez que el único enfrentamiento que tuvo en el terreno de juego fue con el lanzado Pedro Martínez Aquino, en ese entonces de los Tigres del Licey.
“Pedro y yo nos recortábamos en la misma barbería, no sé quien fue que comenzó a hablar y él dijo: “No, este es un novato”. Yo le respondí: “A mí Randy Johnson me respeta, un hombre que tira rectas a 100 millas y tú que las tiras a 83 u 84, no me vas a pasar a mí con eso. Eso que tú tiras es un cambio de Randy Johnson”. “Una vez llevamos esa disputa al terreno y yo le decía: “Ahora te voy a dar dos strikes”. Uno, dos, ahora lanza. Cuando lo hizo le di un palo bien lejos para la pared. Y eso fue un desbarajuste ahí entre los dos dogout”.
En once temporadas en la pelota profesional quisqueyana, todas con los Leones del Escogido, Neifi terminó con promedio al bate de .304, disparó 277 hits, entre ellos 13 jonrones, 42 dobles, 9 triples, remolcó 83 carreras, anotó 84 en 283 juegos jugados y 912 turnos agotados.
Series del Caribe
También en Series del Caribe Neifi tiene su historia. “Lo más interesante que me pasó en una Serie del Caribe Franklin Mirabal fue testigo. Él me llamó previo a un partido a la habitación de mi hotel alertándome sobre la posibilidad de que impusiera yo una nueva marca de dobles en ese clásico, como en efecto sucedió ese mismo día que me llamó Mirabal.
El Palo de David
Otro caso memorable fue en Puerto Rico, “creo que la Serie de 1999. Mambo de León, un picher boricua, nos cogió a nosotros desde el séptimo inning y llegamos al 13 con el juego empate. Yo era segundo y David Ortiz tercero al bate. Recuerdo que el Big Papi me dijo en el círculo de espera: “Home Boy, embásate que yo voy a terminar esto. “Dicho y hecho, pegué infiel.