Las Estrellas Orientales, franquicia con sede en San Pedro de Macorís, cuna del mayor talento para jugar al béisbol con que cuenta el país, exhiben en su historial una impresionante lista de figuras, que brillaron con el conjunto verdes en distintas épocas.
A continuación, el All Star de todos los tiempos de la tropa verde.
Núñez, entre grandes jardineros de la franquicia Estrellas Orientales
Si los fanáticos de las Estrellas Orientales se han preguntado sobre cuál sería el jardinero izquierdo ideal en un su equipo de todos los tiempos, el primer nombre que aflora es el de Abraham Núñez, hombre que ofreció cátedra de calidad, entrega y rendimiento para la tropa verde a lo largo de toda su carrera en el béisbol otoño-invernal dominicano.
Núñez, nacido en Bajos de Haina, jugó en 9 de sus 10 temporadas en la pelota profesional quisqueyana, siendo uno de los jugadores que más aportó al conjunto con sede en San Pedro de Macorís.
Abraham fue siempre uno de los jugadores considerados subestimados en Lidom, pues siempre se dijo que estaba en la élite, como lo demuestran los buenos números estadísticos con los que concluyó su carrera en todos los aspectos del juego.
Abraham destacó por su agresividad y juego duro al béisbol, podía generar poder y batear para buenos promedios, su velocidad en el corrido de las bases era sobre el promedio y su defensa así como potente brazo, fueron considerados buenos,
Núñez, quien jugó entre las campañas 1999 hasta 2009, cerró su actuación en la liga dominicana con promedio de por vida de .260, producto de 329 hits en 1251 turnos agotados y 576 partidos jugados.
Entre sus batazos, Núñez acumuló 61 dobles, 9 triples, 42 jonrones, más 190 carreras empujadas, 202 anotadas y 33 bases robadas.
La estación 2003-04 fue la más productiva para Núñez en Lidom, cuando lideró en jonrones 12 y dobles también con 12, anotadas 36 y remolcadas 35. Su average de bateo esa temporada fue de .292.
Grandes Ligas
En las Grandes Ligas, Abraham jugó entre 2002 y 2004 con los Marlins de Florida y Reales de Kansas City.
En dos temporadas en las mayores, Núñez fue un bateador de .209 con seis jonrones y 35 carreras impulsadas en 136 partidos jugados.
Griffin, dueño del campo corto equipo All Star de las Estrellas
El campo corto, la posición más importante del cuadro interior en un equipo de pelota, requiere de hombres con condiciones excepcionales, especialmente a la defensiva, donde deben combinar atletismo, alcance, buenas manos, gran brazo e inteligencia a la hora de ejecutar las jugadas.
Pues bien, las Estrellas Orientales han tenido a través de su historia, un buen grupo de hombres que reúnen, sino todas, las mayorías de las citadas cualidades.
En ese grupo sobresale el sensacional siore nativo de San Pedro de Macorís Alfredo Griffin, quien durante 12 campañas en la liga dominicana, paseó su talento por todos los estadios y deleitó a los aficionados, especialmente a los del conjunto oriental.
Alfredo, quien vistió la franela de la franquicia petromacorisana a partir de la temporada 1976-77 hasta 1989, ha sido uno de los grandes torpederos de Lidom en todos los tiempos, y ni hablar de las Estrellas Orientales, cuyo equipo Todos Estrellas de esta edición lo incluye como su hombre ideal histórico en la posición 6.
Alfredo fue un gran símbolo para las Estrellas Orientales, ya que además de sus excepcionales cualidades defensivas, fue un bateador sumamente peligroso en la pelota local, oportuno dando los batazos a la hora buena, motorizador y un gran corredor de bases.
Griffin tuvo promedio sobre 300 puntos y en igual número de ocasiones empujó más de 20 carreras, remolcando en una ocasión 35 vueltas.
El sensacional torpedero se juntó con su actuación ofensiva más destacada en la campaña 1981-82, en que finalizó con promedio de .338, tras disparar 66 imparables en 195 chances ofensivos, con 28 carreras anotadas y 35 empujadas, 7 dobles, 3 triples, un jonrón y 5 estafas. Alfredo lideró la liga en triples con 5, en la temporada 1979-80.
De por vida en la pelota otoño-invernal criolla, Griffin registró average de .268 al conectar 448 hits en mil 669 turnos, con 55 dobles, 26 triples, 3 cuadrangulares, 144 carreras producidas, 216 anotadas y 63 robos.
Grandes Ligas
Alfredo Griffin inició su carrera en el béisbol de los Estados Unidos con los Indios de Cleveland, franquicia que lo firmó como agente libre aficionado en 1973 y con el que hizo su debut en las Mayores en 1976.
Griffin fue electo Novato del Año de la Liga Americana en 1979 empatado con John Castino. En 1980, lideró las Mayores en triples con 15, empatado con Willie Wilson de los Reales de Kansas City. Fue convocado al Juego de Estrellas en 1984, ganador del premio al Guante de Oro del campo corto en 1985 y campeón de la Serie Mundial con los Dodgers en 1988, 1992, 1993 y 2002.
Además de Cleveland, Griffin jugó para Azulejos de Toronto (1979-1984, 1992-1993), Atléticos de Oakland (1985’87), Dodgers de Los Ángeles (1988-1991).
Terminó su carrera de Grandes Ligas con promedio al bate de .249, 24 jonrones y 527 carreras empujadas.
Bonny Castillo antesalista ideal del All Star Estrellas Orientales
Manuel Castillo (Bonny) se destacó en el béisbol profesional dominicano por sus habilidades en el manejo del bateo y por ser un jugador muy versátil, lo que le permitía defender con eficiencia varias posiciones.
Castillo, quien azotó el pitcheo de las ligas menores en el béisbol organizado de los Estados Unidos, nació en Santo Domingo el primero de abril de 1957. Durante sus 14 años dentro de la liga dominicana, jugó sus primeras tres campaña con los Tigres del Licey, equipo con el que debutó en 1975-76, luego compartió la cuarta entre los azules y las Estrellas Orientales, franquicia con la que accionó el resto de sus 14 estaciones en la pelota profesional local. Su retiro se produjo en 1990.
En la campaña 1981-1982 Castillo bateó para 305, su más alto promedio en Lidom, y su average general en el béisbol invernal fue de .264.
Bonny terminó acumulando 564 hits, 87 dobles, 9 triples, 6 jonrones, 198 carreras remolcadas y 206 anotadas en 2137 turnos y 609 partidos jugados en el béisbol profesional quisqueyano.
Castillo lideró el circuito invernal en hits tres veces, en las temporadas 1980-81 (72 hits), 1981-82 (76) y en la de 1984-85 (71).
Durante este período consiguió colocarse como líder de por vida de juegos defendiendo la tercera base. El versátil jugador de infielder ocupa el séptimo lugar de todos los tiempos en dobles conectados con 87.
Además, Bonny es el líder en promedio de bateo en series finales en la historia del béisbol invernal dominicano con un excelente .379, fruto de 39 hits en 103 veces al bate. Fue siempre un hombre difícil de abanicar, pues sólo fue víctima del ponche en 98 ocasiones en catorce temporadas.
Luego de su retiro como jugador, Castillo ha desempeñado las funciones de mánager, coach e instructor, en los Estados Unidos y en el país.
Castillo figura entre los primeros 15 en hits de por vida en la liga dominicana con 564, y se mantiene como líder de promedio de por vida en series finales con jugadores con más de 100 turnos.
Grandes Ligas
En las Grandes Ligas, incursionó en tres temporadas con los Reales de Kansas City (1980) y con los Marineros de Seattle (1982 y 1983). En 1982 agotó 506 turnos con Seattle, bateando para 257.
Terminó su corta carrera de tres años en las Mayores con promedio al bate de .242, 174 hits y 73 carreras remolcadas.
Devares, cátcher estelar en el All Star Estrellas Orientales
La receptoría de las Estrellas Orientales, posición número dos, la más difícil y exigente de todas en el cuadro interior de un equipo de béisbol, a través de su historia, ha sido bastante prolífera para la novena con sede en San Pedro de Macorís.
Muchos han sido los jugadores grandes defensores que han desfilado detrás de la máscara en la tropa petromacorisana, sin embargo pocos han alcanzado el nivel de estelaridad que César Devares, quien brilló con esa franquicia desde la temporada 1990-91 hasta 2003-04.
Devares nació en San Francisco de Macorís, aunque solo jugó en una ocasión con los Gigantes del Cibao (1996-97) con la tropa representante de esa provincia.
El máscara de las Estrellas Orientales destacó siempre por su tremenda defensa, brazo fuerte y certero, además excelente manejo del pitcheo detrás del plato, siendo garantía defensiva en la posición dos, tanto en el béisbol profesional criollo, como en la pelota organizada de Estados Unidos.
César terminó su carrera de trece temporadas en Lidom con promedio al bate de .241, producto de 232 hits en 963 turnos agotados y 351 partidos jugados.
Entre sus batazos coleccionó 46 dobles, dos triples y 4 jonrones, además de acumular 78 carreras empujadas y 96 anotadas.
Devares tuvo promedio al bate de .308 en la temporada 1999-00, siendo este la única ocasión en que pudo batear sobre la importante marca en la liga dominicana.
César fue firmado por los Orioles de Baltimore en 1986 y jugó Grandes Ligas para los Orioles entre 1995 y 19996. Pese a que no tuvo mucho tiempo de juego en la Gran Carpa, el receptor criollo terminó su carrera con promedio de .091, 2 hits, 1 triple, 3 carreras anotadas en 16 juegos y 22 turnos al bate.1 También ha jugado para la Liga Mexicana.
José, un ‘trabuco’ de bateador Jardinero All Star de las Estrellas
Félix José ex jardinero capitaleño, uno de los más fuerte ‘golpeadores’ de la pelota que hayan existido en el béisbol profesional otoño-invernal dominicano, jugó menos del 50 por ciento de su carrera en Lidom con las Estrellas Orientales, pero los dividendos que aportó en sólo siete temporadas con la tropa verde, le hacen merecedor de uno de los puestos en los jardines en el equipo ideal de todos los tiempos de esa franquicia.
José hizo su debut en el circuito local con los Tigres del Licey en la temporada 1986-87 permaneciendo con los azules durante nueve estaciones. De ahí pasó a las Estrellas para convertirse en uno de los grandes símbolos ofensivos del conjunto con sede en San Pedro de Macorís.
José, quien era dueño de la marca de más jonrones de por vida en la liga (60) hasta que fue superado por Mendy López, terminó su carrera en el béisbol profesional dominicano con promedio al bate de .281, producto de 574 hits en 2043 turnos y 618 partidos jugados.
Entre sus batazos Félix coleccionó 113 dobles, 19 triples, 60 cuadrangulares y agregó 316 carreras remolcadas, 262 anotadas y 29 bases robadas.
En cinco ocasiones bateó sobre la prestigiosa marca de .300 en la liga, siendo estas .348 en 1989-90, .313 en 1992-93, .348 en 1994-95, .376 en 200-01 y .376 en 2001-02, demostrando su bien ganada reputación de gran bateador.
Entre sus logros individuales se destacan dos premios de “Jugador Más Valioso” de la liga en temporada regular (2000-2001 y 2002-2003), un liderato de bateo en 2001 con un astronómico .376 y dos lideratos de jonrones en estas mismas campañas con 11 y 13 vuelacercas, respectivamente.
En el año que conquisto el liderato de bateo, (2002-2003) además de la supremacía jonronera, fue co-líder en anotadas y primero en empujadas con 28 y 38 respectivamente.
En las Mayores
El ex toletero llegó al béisbol profesional el 3 de enero de 1984, firmado por los Atléticos de Oakland. Un año después, el 2 de septiembre, sería llamado al equipo grande por los Atléticos y jugó 11 temporadas en diversos equipos de Grandes Ligas.
En 1991, como miembro de los Cardenales, José fue seleccionado para el Juego de Estrellas y comandó a todos los jardineros de la liga en asistencias.
En 774 juegos de liga mayor, Félix terminó con promedio de .280 en 2,575 turnos, bateó 708 hits, anotó 322, con 324 remolcadas y 203 bases robadas. Entre sus batazos incluyó 135 dobles, 54 jonrones y 14 triples.
Pablo Ozuna, el gran motor en el equipo ideal de las Estrellas
Las Estrellas Orientales tienen en el intermedista y jugador utility Pablo Ozuna, a uno de los grandes motores ofensivos en la historia del béisbol profesional otoño-invernal dominicano.
Ozuna, nativo de Boca Chica, fue siempre la gran diferencia a la hora de crear situaciones ofensivas, que a la postre generan carreras para los distintos equipos en que militó a la largo de su carrera, tanto en la pelota rentada criolla, como en Estados Unidos, incluso en Grandes Ligas.
Fueron 12 de sus 14 temporadas en Lidom las que Ozuna se dedicó en cuerpo y alma a dejar el pellejo en el terreno, tratando de revertir las cosas a favor de la franquicia con sede en San Pedro de Macorís, que para entonces arrastraba una prolongada sequía de varias décadas sin saborear en néctar de una corona en Lidom.
El carismático y pimentoso jugador del infielder (luego se convirtió en gran utility y defendía también los jardines), debutó con las Estrellas en la temporada 1996-97 y de inmediato dejó ver la chispa que podía inyectar con su juego agresivo en el terreno.
Por la nómina de los orientales han desfilado grandes nombres de hombres que incluso han alcanzado el estrellato en Grandes Ligas, pero entre todos ellos, el nombre de Pablo Ozuna sale a relucir, debido a los grandes dividendos que aportó a la tropa verde.
Pablo terminó su carrera en la Liga Dominicana con promedio al bate de .299, producto de 482 hits en 1610 turnos agotados y un total de 134 partidos jugados.
Entre sus batazos colecciona 79 dobles, 11 triples y 15 jonrones, además remolcar 169 carreras, anotar 225 y estafarse 86 bases.
Ozuna bateó sobre la prestigiosa marca de .300 en Lidom en 7 de sus 14 temporadas, siendo la más sobresaliente la de 2008-09 cuando conquistó su única corona de bateo con alto average de .390.
En 2004-05, Ozuna había mostrado ya su calidad y enorme progreso como bateador, al encabezar el circuito en hits con un total de 63.
El versátil jugador oriental atrapó dos títulos de bases robadas en la pelota rentada local, el primero en 1999-00 con 20 y el segundo en 2004-05 (24). En este renglón, Ozuna ocupa el onceavo lugar en la lista de todos los tiempos.
Grandes Ligas
En las Mayores, Pablo Ozuna fue firmado originalmente por los Cardenales de San Luis en 1996, Su debut en Grandes Ligas se produjo en abril del 2000 con los Marlins de Florida.
Además de San Luis y los Marlins, Ozuna jugó para los Rockies de Colorado, Medias Blancas de Chicago y Dodgers de Los Ángeles. Con los Medias Blancas ganó la Serie Mundial de 2005.
Terminó su carrera en las Mayores con promedio al bate de .282, tres jonrones y 45 vueltas remolcadas en ocho años de trabajo.
Rafael ‘El Gallo’ Batista, inicialista equipo ideal de las Estrellas de Oriente
En su equipo ideal, las Estrellas Orientales se dan el gran lujo de exhibir al legendario Rafael Batista, nativo de San Pedro de Macorís, conocido como «El Gallo» en la Liga Dominicana, quien durante 20 temporadas se encargó de ser el amo y señor de esa posición en el béisbol profesional dominicano.
Durante su brillante carrera en la pelota rentada local, Batista hizo gala de sus dotes defensivas, además de ser un hombre con gran capacidad para remolcar carreras, y poseedor además de una gran conciencia de la zona de strike.
Batista debutó en Lidom en la temporada 1964-65 y durante su trajinar por la pelota rentada local, estableció varios récords catalogados de grandiosos, muchos de ellos aún vigente en nuestra pelota otoño-invernal.
Entre las marcas del Gallo Batista figuran las 11 temporadas consecutivas remolcando 20 o más carreras, cualidad que lo llevó a concluir su carrera con un total de 395 de por vida, liderato que aún conserva.
Batista también estableció las marcas de más partidos jugados con 946, 3,200 turnos al bate, 157 dobles, 1,160 bases alcanzadas, 379 bases por bolas recibidas, y hasta el de ponches recibidos con 513 ponches.
Entre sus logros en la Liga Dominicana figura también el hecho de ocupar el cuarto puesto de todos los tiempos en hits conectados con 822, solo superado por Miguel Diloné, Jesús Rojas Alou y Luis Polonia.
En sentido general, el Gallo Batista terminó su brillante estadía de 20 temporadas en Lidom, 19 de ellas con las Estrellas Orientales, con promedio al bate de .257, agregando 45 jonrones, 395 carreras empujadas y 367 anotadas en 946 partidos jugados y 3,200 turnos agotados.
Batista conquistó cuatro lideratos de dobles conectados, tres consecutivos, en la Liga Dominicana. Los tres primeros los consiguió en las temporadas 1966-67 y 1967-68 y 1968-69, en las dos primeras pegó 13 y 14 respectivamente.
El tercer reinado de batazos de doble mérito lo ganó con 12, empatado con Jim Campanis y Bob Robertson, ambos de las Águilas Cibaeñas.
Unos años más tarde, en la estación 1974-75, Batista volvió a reinar en dobles, tras disparar 12, terminando empate con Winston Llenas, de las Águilas.
Grandes Ligas
Rafael Batista fue firmado como amateur para el béisbol de los Estados Unidos por los Bravos de Milwaukee en 1965, luego fue reclutado por los Astros de Houston, con cuyo equipo de Liga Mayor jugó en 1973 y 1975, en una corta estada de 22 partidos, sobre todo como bateador emergente. Bateó para .280 y fue excelente en el campo en la defensa.
Ricardo Carty, el designado de luxe En el All Star de Estrellas Orientales
Ricardo Carty ‘El Rico’, uno de los mejores toleteros de todos los tiempos tanto en el béisbol profesional otoño-invernal como en Estados Unidos, ha sido uno de los más prolíficos bateadores, no solo de las Estrellas Orientales, sino de la pelota local en sentido general.
Carty, nativo de San Pedro de Macorís, debutó en el béisbol profesional dominicano en 1959-60 con las Estrellas Orientales, equipo para el que jugó en sólo siete de sus 15 temporadas en el circuito criollo.
El Rico fue un bateador catalogado como ‘fenomenal’, quien destrozó el pitcheo en todas las ligas y circuitos en que jugó durante su excelente carrera en el béisbol.
Su fama como toletero de élite fue bastante respetada y demostrada, no solo en el béisbol inverna, sino también en eventos tan importantes como la Serie del Caribe.
En quince temporadas en la pelota invernal, Carty bateó para promedio de .301, con 562 hits, 92 dobles, 10 triples y 59 jonrones, marca que fue quebrada por el ex jugador Félix José el 19 de noviembre del 2005. Mendy López, logró implantar el récord el 16 de noviembre del 2011 llegando a 61 banbinazos.
Carty lideró Lidom llevándose el título de bateo en la temporada 1967-68 con un promedio de .350. También fue líder en remolcadas de la liga en las temporadas 1964-65 (33) y 1973-74 (40).
En promedio de bateo de por vida en el béisbol profesional dominicano, Ricardo Carty ocupa el onceno lugar con average de .301, además es séptimo en dobles con 92, cuarto en jonrones (59) y octavo en empujadas (292)
Carrera en las Mayores
En Grandes Ligas, Carty, jugó entre 1963 y 1979 con los Bravos de Milwaukee y de Atlanta y Cubs de Chicago en la Liga Nacional, y en la Liga Americana con Oakland, Cleveland, Toronto y Rangers de Texas.
En 1970 conquistó el liderato de bateo de la Liga Nacional con un promedio de 366, producto 175 hits en 478 oportunidades al bate. En ese entonces, Carty fue catalogado como el más peligroso bateador que haya existido en las mayores en cuenta de dos ¨strikes¨.
Terminó su carrera en las mayores con promedio al bate de .299, 204 jonrones y 890 carreras empujadas.
‘Satanás’ Heredia, ‘apaga fuego’ histórico de las Estrellas Orientales
Julián Heredia (Satanás), aquel larguirucho con poco más de 6 pies de estatura, lanzador derecho relevista de las Estrellas Orientales, sin dudas ha sido uno de los grandes preferidos de los aficionados, con cuyas actuaciones el petromacorisano contribuyó grandemente a las victorias, que pese a la prolongada sequía de títulos de la época, consiguieron los orientales.
Heredia, quien nació el e 22 de septiembre de 1969 en San Pedro de Macorís, uno de los mejores lanzadores en la historia del béisbol dominicano, lanzó en la pelota criolla desde 1991 hasta 2006, siempre vistiendo el uniforme del equipo de su pueblo natal.
Su increíble valentía en la lomita y control de oro, le hicieron ganar fama entre los fanáticos de la pelota otoño-invernal criolla, quienes lo pedían a gritos ante cualquier situación que consideraban apremiante para la causa de los verdes.
Julián tal vez no recibió el crédito merecido en su momento por sus grandes faenas como lanzador relevista, pero quienes lo vimos actuar desde la lomita, sabemos que estaba al nivel de cualquiera con nombre más sonoro en Lidom.
Las estadísticas que de por vida puso Heredia en la liga dominicana son extraordinarias. Su marca histórica fue de 33 victorias y 25 derrotas, registrando 25 juegos salvados y una magnífica efectividad de 2.73. Además trabajó en 485.1 entradas, permitiendo apenas 389 hits y 179 carreras, 147 limpias, otorgó 140 transferencias y ponchó a 445. Como se puede observar a simple vista, estos números compiten y hasta superan a una gran cantidad de hombres que fueron contemporáneos con él trabajando desde la lomita.
Su grandeza desde el box está más que demostrada. Su promedio de carreras limpias permitidas es el octavo mejor en los anales del béisbol criollo, además ocupa el séptimo lugar entre los mejores ponchadores de la historia, empatado con Fernando Hernández.
En su segunda temporada en la pelota criolla, Julián finalizó con un promedio de carreras limpias de 1.20, luego de debutar con una efectividad de 1.93 y apenas en su tercera temporada, Heredia conquistó el liderato de efectividad de la liga con un excelente promedio de 1.18 en la campaña 1992-93, cuando tuvo marca de 4-2, 2 rescates y tan sólo le conectaron 24 hits en 45.2 episodios.
Otra memorable actuación conseguida por este portento del montículo se produjo en la estación 1995-96, en que también terminó con foja de 4-2, salvó 6 partidos, cifra tope en su carrera y su promedio de carreras limpias permitidas fue de 2.30.
La mayor cantidad de victorias obtenidas por Heredia las logró en la temporada 1994-95, cuando consiguió 6 triunfos y perdió 2 partidos, compilando efectividad de 2.53.
Entre los premios y reconocimientos logrados por Heredia en su carrera figuran: Lanzador del Año en las campañas 1992-93 y 1994-95, líder de efectividad y victorias en las temporadas 1992-93 y 1994-95, respectivamente; líder en juegos lanzados en 3 temporadas seguidas de 1995 a 199 98, con 26 partidos en cada una y líder en ponches en la estación 2001-02, con 60.
En definitiva, fueron 15 brillantes temporadas de estadía que tuvo Heredia con las Estrellas Orientales, lo que le hace merecedor del honor de ser escogido el relevista de luxe en el All Star de todos los tiempos del conjunto con sede en San Pedro de Macorís.
Quezada, el lanzador abridor en el All Star de las Estrellas
Las Estrellas Orientales han contado en sus filas con uno de los grandes y más duraderos lanzadores dominicanos de todos los tiempos, el derecho Silvano Quezada, quien durante años brilló para el conjunto oriental y otros de la liga dominicana.
Quezada fue un destacado pitcher derecho que, que al igual que muchos, nunca alcanzó las Grandes Ligas, a pesar de agotar una extraordinaria carrera profesional en la pelota criolla, en los circuitos minoritarios de los Estados Unidos y en la Liga Mexicana de Béisbol.
La barrera racial que imperó en las décadas de los años 60 y 70 del pasado siglo en el país, se interpuso en el camino de este extraordinario lanzador, dueño de un control envidiable desde la lomita.
Quezada nació el 13 de septiembre de 1939, en Sabana de la Mar, municipio de la provincia Hato Mayor. Actuó en la liga otoño-invernal dominicana en 21 temporadas, 19 de ellas con las Estrellas Orientales, entre 1957 y 1982.
Silvano debutó con los Tigres del Licey en la campaña 1957-58 y en 1960-61, tiró dos partidos con los Leones del Escogido. Su récord de por vida en Lidom fue de 64-59, logrando 8 blanqueadas, 29 juegos salvados y una efectividad de 2.86.
En 1,198.1 entradas permitió 1,179 hits y 381 carreras limpias, ponchó a 515 bateadores y otorgó 236 boletos. En la historia del béisbol criollo figura primero en partidos lanzados (358), segundo en innings lanzados, tercero en victorias, blanqueadas (empatado con Pedro Borbón) y ponches, séptimo en juegos completos (22, igualado con Jay Ritchie) y en WHIP (1.17), octavo en aperturas (105) y duodécimo en salvamentos y promedio de carreras limpias permitidas. Fue líder en blanqueadas (2) en 1964-65; victorias (11), partidos completos (7), episodios lanzados (136) y aperturas (15) en 1967-68 y efectividad (1.49) y juegos salvados (7) en 1979-80.
Ligas Menores
En ligas menores, Quezada trabajó durante 14 temporadas en las ligas menores entre 1961 y 1976, doce en la organización de los Piratas de Pittsburgh y las dos últimas en las filiales de los Gigantes de San Francisco.
En 460 apariciones, 143 como abridor, tuvo marca vitalicia de 104-94, con efectividad de 2.86, 70 juegos completos, 19 lechadas y 26 rescates. Tiró 1,589 innings, aceptando 1,488 hits y 505 carreras limpias, abanicó 898 y caminó a 387, con un WHIP de 1.180.
A pesar de esos números y las buenas estadísticas logradas en otras campañas, nunca recibió la oportunidad de lanzar en las Grandes Ligas por los ejecutivos de los Piratas.