Tigres del Licey, repletos de icónicos refuerzos durante 116 años gloriosos en pelota invernal RD
En la franquicia Tigres del Licey todo es grande y abundante. Es una característica que parece venir incluida en la genética de su origen.
Es el equipo más viejo en la historia del béisbol profesional dominicano (116 años), también el que más coronas ostenta (23) y el que más títulos de series del Caribe ha conquistado (11), en fin su dilatada trayectoria, el éxito ha ido de la mano en todos los aspectos para la gloriosa tropa añil.
Y el apartado de refuerzos no ha sido la excepción, pues por las nóminas azules han desfilado cantidad impresionante de jugadores importados o refuerzos, muchos de ellos logrando inscribir con letras de oro su nombre en el llamado ´pasatiempo favorito de los dominicanos´.
Durante el exitoso peregrinar de los azules en la pelota rentada local, el conjunto se ha dado el lujo de exhibir históricos jugadores refuerzos, tales como el mítico inicialista zurdo norteamericano Alonzo Perry, además de los también norteamericanos Jim Beauchamp, Steve Garvey, Jerry Dyzinsky y Charlie Hough.
En la rica historia de los azules figuran además los también nativos en la tierra del ´Tío Sam: Eric Byrnes, Andy Abad (Tulile), el poderoso bateador Greg Brock y más reciente el bateador designado de luxes, el colombiano Jorge Alfaro (´Aquaman´), entre otros, por solo citar los nombres más sonoros del amplísimo catálogo de talento, que en el renglón de jugadores importados, pueden mostrar los Tigres.
En cuanto a los tantos managers importados brillantes que ha dirigido la tropa azul, destaca el nombre del pintoresco y exitoso estratega, el extinto Tom Lasorda.
´Su Majestad Perry´´
Sin lugar a dudas, Alonzo Perry, a quien la mayoría considera el mejor y más grandioso refuerzo en la historia de Lidom, es la principal figura de los felinos, en lo que a importados se refiere.
El gran toletero, defensor de la inicial y designado ocasional, en la temporada 1953 con el Licey destrozó el pitcheo del circuito con promedio al bate de .293, disparó 11 jonrones, 53 carreras remolcadas, 11 dobles, 4 triples, 16 bases robadas.
Perry fue un estelar tanto en los campeonatos veraniegos de La Normal como en los torneos otoño-invernales. De por vida, bateó .310, disparando 49 jonrones. Su estancia en la liga se prolongó por 8 campañas, desde 1951 hasta 1959, jugando siete estaciones con Licey y una con las Estrellas Orientales.
Jim Beauchamp
Otro jugador importado que brilló grandemente con los Tigres del Licey fue el también inicialista Jim Beauchamp.
En la campaña 1970-71 bateó .387, con 14 dobles, 6 dobles, 7 cuadrangulares y 51 impulsadas, siendo todo el tiempo un hombre clave en la ofensiva, contribuyendo enormemente a una corona de los azules.
El gran Garvey
A principios de los años 70´s, otro toletero refuerzo cuya ofensiva causó estragos en Lidom fue el sensacional Steve Garvey, también defensor de la primera base, que en 1972-73, promedio.330, 63 hits en 203 VB, 13 dobles, 32 remolcadas.
Hough, Relevista de luxes
Entre 1970 y 1976, un nudillista llamado Charlie Hough sentó cátedra como serpentinero en Lidom, militando primero con Leones del Escogido en una campaña, y luego con el Licey, por cinco. En tres de ellas terminó con cifras dobles en juegos salvados, concluyendo su trayectoria con 47 rescates.
Estas estadísticas del cerrador norteamericano fueron tope entre todos los lanzadores extranjeros que han visto acción en Lidom, en ese entonces, quinto mayor total en el listado de todos los tiempos.
En 1973-74 Charlie logró una actuación brillante, terminando como líder de efectividad (1.29), ponches (73) y juegos salvados (14), aparte de que obtuvo 5 victorias.
En otras dos ocasiones lideró el circuito criollo en salvamentos (1970-71, 11 y 1971-72, (6).
Dyzinsky, las cogía todas
La defensa ha sido siempre un aspecto vital en el éxito de los grandes equipos, y en este renglón, los Tigres contaron con un importado clase a parte en el campo corto. Jerry Dyzinsky (´El Alicate’), quien siempre destacó por su extraordinaria habilidad para atrapar rodados, con el Licey, fue seleccionado como Jugador Más Valioso en la temporada 1979-80, gracias a su impresionante juego defensivo, debido a que sólo cometió tres errores en la vuelta regular, con lo que pudo resarcir su pobre ofensiva (.220) y convertirse en ídolo de los parciales liceístas.
Hazaña de Brock
Greg Brock, primera base, es otro de los refuerzos que siempre permanece en las mentes de los dominicanos amantes del béisbol, pues en 1981, protagonizó una hazaña jamás vista en la historia de Lidom.
El 13 de noviembre de 1981, Brock bateó de 5-5, con tres jonrones, y remolcó 8 carreras, en un juego que las Águilas ganaron 12-8 a los Tigres, igualando en ese momento la marca de más jonrones en un partido, y convirtiéndose en el primer importado que lograba esa hazaña; imponiendo además el récord de más carreras empujadas en un partido. Además alcanzó quince bases en aquel memorable desafío para imponer otra marca.
¿Cómo lo hizo Brock?
En el Primer episodio, hit remolcador a José de León. Cuarto inning, jonrón a José de León. Sexto inning, jonrón a De León. Séptimo episodio, jonrón con bases llenas a Kevin Hackey y en el noveno, doble impulsador a Randy Martz. Bárbara y memorable actuación para este increíble toletero.
El Palo memorable de ´Tulile´
También en la temporada 2001-02, Andy Abad (Tulile), conectó uno de los batazos más icónicos, memorables y épicos en la historia de la Liga Dominicana.
´El Tulilazo´ como se le denominó al citado, con el que consiguió virar el marcador a favor de los azules y encaminarlos hacia la corona en séptimo partido la serie final de esa temporada frente a las Águilas Cibaeñas, en el estadio Cibao de Santiago de los Caballeros.
El dramático e importante batazo se produjo el jueves 31 de enero del 2002 en el estadio Cibao, parte alta de la novena entrada, las Águilas derrotando a los Tigres por una carrera 7 a 6.
Había dos hombres en base y al bate Abad, apodado “Tulile” por su parecido con el popular merenguero. En la lomita estaba el relevista mamey Luis Vizcaíno. Abad tenía de 4-0 y al primer lanzamiento conectó cuadrangular que le dio la vuelta al partido, silenciando por completo a los aficionados en el estadio considerado entonces el más alegre del país, y dándole al Licey la corona 17 de campeón.
Byrnes, ´Capitán América´
Otro brillante jugador azul importado fue el jardinero norteamericano Eric Byrnes, apodado por la afición ´Capitán América´, quien en la campaña 2001-02, atronó los bosques de los estadios de Lidom con un robusto average al bate de .345 (174-60), 9 dobles, 11 jonrones, 37 impulsadas, siendo vital en el título que en la ocasión capturaron los felinos, a los mandos del manager importado Bob Geren.
En cinco campañas con el Licey, Eric acumuló 19 jonrones y 63 remolcadas. Además ganó el premio al Jugador Más valioso en 2001-02 y esa misma temporada lideró el circuito en jonrones con 11.
´Aquaman´ Alfaro, un espectáculo
La pasada temporada (2022-2023) sin dudas fue la del refuerzo colombiano Jorge Alfaro (Aquaman), bateador designado que desde su arribo a Lidom hizo añicos el pitcheo del circuito, repartiendo batazos de todos los calibres para los felinos, tanto en la serie regular como la postemporada.
El bateador designado y receptor azul, fruto de su soberbia demostración ofensiva, se alzó con el premio de Jugador Más Valioso de la Serie Final, superando en las votaciones 18 votos contra 15, a su compañero Mel Rojas Jr., quien también tuvo brillante actuación durante toda la campaña con el glorioso conjunto, que dirige José Offerman.
El jugador colombiano superó en las votaciones a su compañero Mel Rojas Jr. 18 votos por 15.
Durante el Round Robin, Alfaro dejó línea ofensiva de .383/.471/.633, agregando dos cuadrangulares, 9 carreras remolcadas, siete dobles y 8 vueltas anotadas. En la serie regular accionó en solo 6 partidos, y tuvo promedio al bate de .286, con un par de dobles y dos vueltas remolcadas.
Lasorda, un manager de lujo
Como si todo esto fuera poco, los azules han contado también a lo largo de su historia con dirigentes extranjeros verdaderamente carismáticos, líderes en el clubhouse y la cueva y, mejor aún, ganadores por demás.
El más famoso de todos es el extinto norteamericano Tom Lasorda, muy querido y seguido en el país, convertido en todo una figura en Lidom, desde que vino a dirigir a República Dominicana a los Leones del Escogido en los años 70´s.
Lasorda, con dos títulos seguidos en su haber timoneando a los azules, se une a otros grandes dirigentes que también se coronaron en dos ocasiones en Lidom, como son Johnny Lipon, quien condujo a las Águilas a conquistar dos coronas seguidas de 1977 a 1979 y Phil Regan, capataz de los Leones, cuando estos ganaron los campeonatos 1987-88 y 1988-89.