Con una ofensiva encabezada por Ronny Simón, Alfredo Marte y Juan Francisco, cada uno con un jonrón, los Toros del Este salieron de su mal momento en sus anteriores cuatro partidos al vencer a los Gigantes del Cibao 7-2 esta noche en el Estadio Julián Javier.
De esa manera se dividieron un triunfo por equipo luego de la doble cartelera que jugaron este jueves y en el que ya su nuevo mánager, Mendy López se anota su primera victoria como capataz del conjunto de La Romana.
El primer juego fue para los Gigantes (21-17) en un triunfo 5-2 liderado por Rubén Cárdenas, con dos empujadas. El equipo cibaeño esta en segundo a un juego completo de las Estrellas Orientales. Los Toros (16-21), que están en quinto, se colocan a tres y medio de los Leones de Escogido (20-18), en el cuarto.
Los Toros despidieron temprano al abridor cibaeño quien solo aguantó por 1.2 entradas, en las que permitió dos carreras, las dos limpias y ante 10 bateadores.
Francisco y Marte dispararon jonrones consecutivos y el de Simón llegó en el noveno.
Fue un buen despertar para unos Toros que habían perdido cuatro corridos desde que ganaron por última vez el 29 de noviembre. En esos cuatro fracasos, incluido uno por blanqueada, solo habían marcado cinco carreras.
Solo en este encuentro produjeron más que los anteriores cuatro compromisos,.
Francisco y Marte dispararon sus cuadrangulares contra Francis Peguero en el tercer capítulo para una ventaja 4-2, irrecuperable para los Gigantes Simón la botó del parque en el noveno ante Nelson Álvarez. Los tres fueron jonrones solitarios.
Simón y Marte conectaron de 5-3 con dos anotadas y dos empujadas y cada uno un doble y un jonrón.
Francisco se fue de 5-2, con una anotada y una remolcada y así se repartieron ocho de los 12 indiscutibles de los romanenses.
José Sirí disparó jonrón de dos carreras contra Frank Duncan en la parte baja del tercero y empujó otra más en el quinto que dejaba el partido 5-3.
Diógenesl Almengó (1-1; 3.66) tiró una entrada y un tercio de forma perfecta para ser el ganador del partido. El pitcheo romanense otorgó seis boletos, una debilidad con la que los Gigantes no facturaron.