A lo largo de toda su carrera, Erick Almonte fue un beisbolista fajador, trabajador como el que más, apasionado por el juego, con una personalidad que le hizo destacar en casi todos los equipos que militó, pero aveces eso no basta.
Hay otros factores como la suerte, salud y hasta recibir la oportunidad en el momento indicado, que sin dudas juegan un papel determinante para que un ‘pelotero’ pueda transformarse de novato promisorio a estrella de las Grandes Ligas.
Pero con todo y no haber podido lograr dar el salto a la estelaridad en las Mayores, Almonte sí consigue el status de estelar en el béisbol profesional dominicano y en otras ligas donde le tocó mostrar su talento, llegando a ser uno de los más productivo y populares en la pelota rentada quisqueyana.
Pero como narra el propio expelotero, no fue tan fácil conseguir dicho nivel.
“Obviamente la mayoría de la gente que sigue el béisbol en el país me recuerda por haber jugado 8 años en los Gigantes del Cibao, que fueron grandiosos, de muchos logros, de mucha calidad y producción”. Señala Almonte. “Pero la verdad es que para llegar a los Gigantes también tuve que sortear muchos obstáculos”.
“Mucha gente no sabe pero mi primer escollo fue llegar al profesionalismo en el béisbol otoño-invernal en el año 2000, firmado por los Tigres del Licey, debutando en mi equipo adorado desde la de infancia, ya que me crié siendo fanático de la tropa azul”, precisa Aybar.
Cuenta Erick que llegó a los azules y luego de tres temporadas de no mucha producción, poca utilidad y casi cero oportunidades, fue cambiado a las Estrellas Orientales, traslado que según recuera “me chocó bastante al principio, pues pasé por momentos muy difíciles, lloré, me deprimí bastante, estuve en mi casa por alrededor de dos o tres días, donde no quería hablar con nadie”.
Explica el jugador que luego, tuvo contacto con el también expelotero Junior Noboa, en ese entonces gerente de las Estrellas Orientales, y que al pasar una semana me integro a los orientales”.
“Creo que ahí fue cuando empezó todo en cuanto a lo que fue mi carrera en el béisbol profesional dominicano, ya que fueron las Estrellas el primer equipo que me da la oportunidad real de jugar a diario”, expresa.
Con las Estrellas Orientales, Aybar jugó dos temporadas completas, ganando el premio al Jugador Más Valioso en la primera de ellas.
“De verdad que fueron dos años de mucho provecho y logros para mí con las Estrellas”, asegura el exdefensor del cuadro interior. “Son cosas que suceden en el béisbol pero me fue bastante bien con la franquicia de San Pedro de Macorís, pese a mi obsesión de jugar toda mi carrera con el Licey”.
“Mentalmente me costó bastante asimilar mi cambio hacia las Estrellas. Incluso durante mis dos años con ese equipo me sentía un poco en el aire, pese a que me estaba yendo bastante bien”, precisa.
Relata que durante su estadía con los ‘elefantes’ tuvo bastante ayuda de Félix José, un dos veces Jugador Más Valioso de la pelota dominicana, en cuanto a la actitud mental.
“José ha sido uno de los bateadores más imponentes que yo he visto en la pelota profesional nuestra y la verdad es que él influyó mucho en mi y en el éxito para poder asimilar todo el proceso de mi paso del Licey a las Estrellas”, explica Erick.
Mi Llegada a los Gigantes
Pero el éxito inicial con los orientales apenas fue preámbulo de una gran carrera para Almonte en el llamado principal pasatiempo de los dominicanos.
Entonces fue canjeado desde las Estrellas a los Gigantes del Cibao, “donde encuentro un equipo repleto de jugadores talentosos, bastante buenos”.
“Estaban con el equipo francomacorisano Nelson Cruz, un jugador novato en la liga pero con mucho talento y proyección, también a Alexi Casilla, Wilson Valdez y un par de años después drafteamos a Juan Francisco, que todo el mundo sabe la clase de bateador que ha sido en Lidom”, recuerda el popular exjugador. Relata que luego llega Brayan Peña como refuerzo, o sea un equipo joven pero compacto.
“Los muchachos me escuchaban bastante por ser yo un jugador ya veterano, que venía de ganar un premio JMV y ahí comienza la carrera de Erick Almonte con los Gigantes”, dice.
Consideró que en ese momento (al llegar a los Gigantes) al equipo le faltaba un liderazgo y que entonces ahí fue donde él pudo encajar bastante bien.
“Sin dudas, luego de la experiencia acumulada durante mis dos anteriores cambios (dese Licey a Estrellas y luego a los Gigantes), mentalmente estaba yo preparado para asumir ese liderazgo, además venía de ganar un JMV y un liderato de bateo. Eso sin dudas me ayudó mucho, y fue bastante fácil asimilar toda esta situación y adaptarme al equipo, al pueblo y ambiente en San Francisco de Macorís”, explicó.
Almonte asegura que tuvo ocho maravillosos años con la franquicia de San Francisco de Macorís “y agradezco a la fanaticada, compañeros jugadores y directivos todo el cariño y apoyo mostrado hacia mi durante ese tiempo”.
Momentos emocionantes
Erick disfrutó de muchos momentos brillantes como jugador profesional, tanto en el país como en Estados Unidos.
“Para mí, algunos de los momentos más importantes durante mi carrera en Lidom son los siguientes”:
1.-El primer hit, contra un lanzador llamado Luis de los Santos de las Estrellas Orientales.
2.-El primer jonrón contra Juan Peña, de las Águilas.
3.-El primer jonrón para dejar a un equipo en el terreno se produjo contra Leoncio Estrella, de los Gigantes del Cibao. en el estadio Quisqueya en 2002.
4.-También muchos momentos individuales emocionantes como los lideratos de bateo y jonrones, así como dos veces ganador del premio JMV.
El momento más impactante
“El momento que más me impactó en mi carrera de 13 años en la pelota otoño-invernal dominicana, aconteció en la temporada 2011-12, tras el regreso del gran Manny Ramírez al campeonato local, después de muchos años de ausencia”, recuerda Erick.
Según narra Almonte, fue altamente impactado, pues todo amante del béisbol sabe las herramientas que tenía Manny Ramírez como bateador y lo emblemático que fue como pelotero en toda su carrera en las Grandes Ligas.
Regreso de Manny a liga de invierno fue muy impactante para mi
Imagínense, soy cambiado desde los Gigantes a las Águilas un día antes de que debutara Manny Ramírez”, recuerda Erick. “Ser yo testigo de todo ese ambiente, esas grandes expectativas, esa algarabía de los fanáticos desde bien temprano en el estadio Cibao y en todo el país. Eso es algo que nunca antes había visto”.
“El play estaba lleno ese día desde antes de las 6:00 de la tarde para ver incluso las prácticas de Manny, previo al juego contra el Escogido. Con todo y que a los fanáticos les gusta llegar siempre algo tarde al play, el estadio estaba lleno desde las 5:30 p.m. para ver las prácticas también del equipo visitante. O sea, que los fanáticos no querían perderse ningún detalle. Así de grande eran las expectativas de ellos para ver el regreso del gran Manny Ramírez”, relata el exastro de Lidom.
“Y para colmo, el tipo debuta con un jonrón sobre la verja del bosque derecho, en su primer turno, al primer picheo que le sirvió el lanzador abridor rojo ese día”. Wow, eso es algo que yo nunca lo había vivido en mi carrera como jugador profesional, eso me marcó para siempre”, dice·
Almonte asegura que pudo disfrutar de otros grandes momentos en la pelota dominicana, muchos agradables, algunos amargos, “pero el regreso de Manny, fue lo más impactante que me sucedió en Lidom”.
“Y luego lograr varias coronas, estuve involucrado en varios campeonatos con el Licey como jugador, a pesar de que en ese entonces no veía mucha acción con los azules, pero si fui parte de ellos”, expresa. Recuerda que además fue parte de otro campeonato con los Leones del Escogido como integrante de la gerencia, “o sea tuve muchos momentos buenos, otros amargos, pero mucho más alegría que tristeza”.
Números en Lidom
Durante 13 temporadas en la pelota profesional dominicana, Erick Almonte tuvo promedio al bate de .271, conectó 382 hits, entre ellos 27 jonrones, 6 triples y 67 dobles, con 207 carreras remolcadas y 196 anotadas en 436 partidos jugados y 1408 turnos agotados.
El apodo ‘Érica’
“Lo más jocoso que todos recuerdan es que la gente solían llamarme Érica”, señala Almonte con una sonrisa. “Esto comienza una noche que estábamos jugando en San Francisco, los muchachos compañeros deciden jugarme una broma y antes de yo ir a batear me mandan a poner en la bocina interna, el merengue de Juliana “Sal del Closet” (Me solté el cabello)”.
Narra que “yo en ese momento estaba concentrado en mi turno, nada pendiente ni enterado de lo que ellos tramaban. El picher me lanza bolas y strikes, o sea un turno largo y en cada pausa el control sigue tocando el mismo merengue. Yo cada vez que miro hacia al dogout veo a los muchachos muertos de la risa y el público también delirante de alegría en las gradas en un juego que no estaba muy abultado en carreras”.
“Luego comencé a darme cuenta que era por el tema o merengue que las gentes estaban aplaudiendo. En ese turno conecto doble”, recordó. “Luego en el siguiente turno pego hit, esa canción se quedó como el himno de Erick Almonte cada vez que iba a batear me ponían ese merengue, tanto en el estadio Julián Javier como en los demás parques de la pelota dominicana”.
“La gente se enteró de lo que ocurría cada vez que yo iba al bate en el estadio Julián Javier sonando ese merengue, comenzaron a cantar la canción en todos los estadios que iba, de ahí en adelante la gente empezó a llamarme Érica cada vez que iba a batear y de ahí en adelante los amantes del béisbol me llamaron así por ese sobre nombre. Esa es la historia de este popular apodo”, explica el expelotero en tono jocoso.
En Estados Unidos
En cuanto al béisbol de Estados Unidos, Almonte expresa que como todo pelotero dominicano o extranjero que firma al profesionalismo, con 18 años de edad como en su caso, que fue fichado por el scout quisqueyano Víctor Mata en 1996 y debutó en Grandes Ligas en 2001.
“Ascendí rápidamente en el sistema de fincas de los Yankees en Ligas Menores. En cinco años estoy en Grandes Liga”, precisa Almonte. “Lamentablemente para mí llego a Grandes Ligas a un equipo como los Yankees repleto de talento y de súper estrellas y no había espacio para novatos. Aunque le doy gracias a Dios por permitirme debutar en las Mayores con esa famosa franquicia”. Explica que pese a que su ascenso fue bastante rápido en las Menores, “tuve los mismos inconvenientes que afrontan todos los jugadores extranjeros, como son el idioma, la cultura, la comida y estar alejado de la familia”.
“Por ejemplo, mi familia nunca me vio jugar en Estados Unidos hasta que llegué a Grandes Ligas, que fue cuando pude juntar un dinerito que me permitió costear el viaje de mis padres para que me fueran a ver jugar”.
“Como todo dominicano uno sueña con que sus familiares lo vayan a ver jugar en Grandes Ligas. Pero de verdad que no es fácil, durante el camino en las Menores uno tiene muchas alzas y bajas, uno sale de aquí aveces de la capital, o de otras provincias o ciudades del país con no mucha experiencia de cómo es la vida en Estados unidos”, dice Erick.
“Pero poco a poco me fui adaptando gracias a Dios, aunque no tuve la suerte como otros peloteros de poder jugar 10, 15 y hasta más años en Grandes Ligas, apenas duré dos y medio, en los cuales aprendí bastante”, expresa.
“Asegura Erick que en Grandes Ligas las cosas son diferentes, que muchos creen que es fácil, “pero desde lo que es el producir números en el terreno hasta la manera en que tú te comportas, todo es bastante difícil”.
Momentos más alegres
Señala Erick que en las Mayores tuvo varios momentos memorables y alegres tales como haber estado presente en dos Series Mundiales con los Yankees. “En 2001 contra Arizona Diamondbacks, que al final resultaron ellos campeones y en 2003 contra los Marlins, que también perdimos”. Pero entiendo que tener la oportunidad de ver y vivir desde el dogout un juego de playoffs o de Serie Mundial, la verdad es que resulta bastante intenso”.
Fue fácil retirarse buscaba desarrollar la carrera de entrenador
La gente habla aquí de la rivalidad Águilas-Licey, por ejemplo, pero no se imagina lo que es ser parte de un partido de playoffs, escuchar sonar el himno de Estados Unidos, estando en el terreno, en el dogout y poder vivir toda esa presión y expectativas. Es algo incomparable”, asegura.
“También tuve la suerte de estar presente viviendo, mucho más que las Series Mundiales con los Yankees, las series Boston-NY, que las viví varias veces (2002-03) bien intensas, todo el mundo recuerda el episodio de Pedro Martínez cuando tiró al piso al coach Don Zimmer. O sea, estar ahí en ese ambiente de rivalidad de pelota, pelea, yo te quiero ganar, tu a mí. La verdad, son de los momentos que más recuerdo”.
Otro aspecto a resaltar
Otro episodio que Erick Almonte quiso resaltar es el hecho de que “en 2004 fui dejado libre por los Yankees, voy a Liga Menor con el primer release que recibí de un total de 7 que me dieron durante toda mi carrera, donde uno se siente bastante mal mentalmente”.
“La primera vez que te dejan libre siempre es la que más duele, las otras uno las toma como gajes del oficio, ya era cosa normal”, expresa Erick. “Pero si en 2004 cuando fui dejado libre por los Yankees, porque a la llegada de Alex Rodríguez, no tenían cupo para mí y me tomó alrededor de 8 años volver a Grandes Ligas, donde en ese trayecto nunca recibí un contrato ni de invitación, ni nadie me tomó en cuenta, pero en 20011 voy a entrenamientos de Ligas Menores con Milwaukee, me invitan a algunos juegos, tengo un gran desempeño y termino haciendo el equipo grande”.
Ocho años después
Relata Almonte que luego de hacer el equipo con los Cerveceros, en su primer juego (abril 4 de 20011) conectó su segundo jonrón en las Mayores.
“Sólo conecté dos jonrones en Grandes Ligas, uno en abril 4 de 2003 y otro en abril 4 de 2011. O sea ocho años de diferencia para conectar un cuadrangular en las Mayores, que hasta ahora es el récord sobre el tiempo de duración que a un pelotero le ha tomado dar dos vuelacercas”, manifiesta con orgullo en ex jugador nativo de Santo Domingo.
Perseverante
Erick atribuyó a la perseverancia, a no rendirme y a su enorme pasión por el juego, el hecho de haber logrado volver a Grandes Ligas, después de ocho años fuera de la pelota profesional de Estados Unidos.
“Pero ya luego de eso volver a Ligas Menores para retornar al mismo trajín, ya con 34 años de edad era bastante difícil para mí”, señala.
Fue fácil retirarse
Distinto a otros muchos peloteros, Erick Almonte revela que no fue tan difícil para él retirarse.
“Creo que no fue tan difícil para mí tomar la decisión de retirarme”, enfatiza. “Ya que esos últimos años en Ligas Menores y en la Liga de México del Pacífico, ya me fueron preparando para lo que era el retiro”.
“La verdad es que no solamente cronistas, sino muchos fanáticos te preguntan por qué fulano no se retira, está dando pena en un terreno de juego, está en la edad, ha ganado bastante dinero.
La verdad es que para mí fue bastante fácil, yo sabía lo que quería, buscaba desarrollar la carrera de entrenador, hoy en día llevo ya 5 años como entrenador en Ligas Menores para los Cardenales de San Luis, desde que me retiré realizo ese trabajo, soy manager en Estados Unidos, en los circuitos minoritarios con San Luis y también desempeño aquí en Lidom funciones relacionadas con lo que tiene que ver con Operaciones de Béisbol y el enlace entre los peloteros y esa institución, me ha ido bastante bien, estoy muy contento con todo lo que estoy haciendo”, finaliza expresando Erick Almonte.
NOTA: Tomado del Libro «Anécdotas contadas por los propios peloteros»